Somos seres que comimos del Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal, nadie camina sin tambalearse, nadie sube sin caerse, nadie hace el bien toda su vida sin causar algun daño en su camino. Hasta el final, nuestras vidas son un desorden absurdo inextricable de bien y de mal limitado.
El mal desaparece con nuestra muerte; las fallas, actos malvados y daño que fueron hechos durante nuestras vidas se marchitan y eventualmente se mueren; pero todos los actos buenos que logramos y lo que somos realmente, eso vive para siempre.
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